El desarrollo de nuestros hijos se lleva a cabo en dos escenarios clave: la escuela y nuestro hogar. Por ello, está en nuestras manos que nuestra casa fomente parte del correcto aprendizaje de nuestros niños, así como en su crecimiento y madurez progresiva ¿Y qué cambios podemos hacer en nuestra vivienda para que eso suceda? El método Montessori nos lo explica
Parece mentira pero la decoración de nuestra casa puede ser un pilar fundamental para adaptarse a las necesidades de nuestro hijo y a que se potencie su autonomía.
La autora de esta tendencia sostiene que no es necesario invertir elevadas cantidades de dinero para acondicionar nuestro hogar a esta corriente, sino que basta con observar cómo se desenvuelve nuestro hijo en su propio ambiente para detectar aquello qué le puede hacer falta y poner una solución.
De hecho, si algo enfatiza este método es la libertad de movimientos para la correcta expresión del niño, ¡el espacio vacío no conllevará una elevada gran inversión monetaria!
Esta libertad de movimiento estimulará sus ganas de saber nuevos conocimientos por sí mismo y potenciará su autoestima conforme vaya descubriendo estas nuevas enseñanzas autónomamente. Recuerda que los expertos sostienen que la etapa de los 0 a los 6 años es crucial para todo ser humano, ya que absorbe todo lo que hay en su entorno, como una esponja.
Empecemos nuestro tour
Hemos confeccionado una especie de hoja de ruta para poder ir introduciendo progresivamente los cambios del método, estancia por estancia. Como ves en la imagen, al entrar en esta hipotética casa, lo primero que pisamos es el recibidor (1).
Avanzamos y abrimos la puerta de la cocina (2) que, a su vez da a un lavabo (3). La cocina da a un pasillo que conecta con una habitación (4). Por último llegamos a la zona común para todos: el comedor (5) que, en este caso, dará lugar a un jardín exterior (6).
Abrimos las puertas de nuestra casa y damos con el hall
El recibidor también puede aportar esa enseñanza autónoma para los más pequeños. ¿Cómo? Si colocamos un banquito alargado a su altura, podrá sentarse, calzarse y dejar sus zapatitos en él, de manera ordenada. También podemos instalar un colgador a su altura, para que pueda dejar su abrigo o mochilita del colegio, cogiendo el ejemplo de sus padres.
¡A comer!
Llegamos a la segunda estancia: la cocina. En ella, nuestros hijos e hijas encuentran muchísimos estímulos desde bien pequeños: olores, sabores, colores… y eso, desde luego, les llama mucho la atención. ¡Aprovechémonos de ello!
El niño o niña puede encontrar divertido el empezar a ayudarnos con tareas de casa y así, sentir “que se hace mayor”. De este modo, lo haremos partícipe de ellas y verá que, en el fondo, también es su responsabilidad.
Alzadores, un armario o cajón que le pertenezca, utensilios de cocina especialmente para él (¡y no olvidemos que sean seguros!). Así, la cocina se convertirá en un lugar de experimentación y aprendizaje común que, además, os ayudará a estrechar lazos y conoceros aún mejor.
El lavabo
Para los infantes, empezar a asearse solitos y que su madre les dé la confianza para hacerlo, puede parecer trivial, pero significa muchísimo y repercute muy positivamente en la confianza en sí mismos.
Para ayudarle indirectamente en este trayecto podemos poner a su alcance todo aquello que necesite, hacerlos más manipulables y conseguir que elementos como esponjas o jabones llamen su atención.

¡Hora de dormir!
Los dormitorios al estilo Montessori se caracterizan por la ausencia de cunas, ya que éstas reducen la movilidad del infante. La alternativas son colchones grandes que les permitan subir a ellos sin la necesidad de la ayuda adulta. En resumen, mobiliario útil y funcional.
Además, en cuanto a materia de decoración deberemos comprar espejos de cuerpo entero para que los niños se autoexaminen y conozcan mejor su cuerpo y vean cómo van creciendo. Por supuesto, estanterías a su alcance y juguetes que potencien su creatividad y lógica; así como armarios que les permitan, cuando puedan, empezar a escoger su ropita autónomamente.
También podemos adquirir cajitas clasificadoras que les permitan ordenar sus pertenencias, a poder ser que sean abiertas y resulten útiles para que el niño pueda ver directamente qué hay en ellas, con un solo golpe de vista.

El comedor
Una buena idea es que el infante encuentre también en el comedor, además del entretenimiento en mobiliario típico como la televisión o juguetes, una fuente de aprendizaje en una estantería para él. Para potenciar que esto suceda tenemos que favorecer que sea un lugar bien iluminado, ya sea por luz natural, al lado de una ventana o terraza o de modo artificial con lámparas.
Los cuentos deben estar colocados de cara a él, ¡así le será más fácil identificarlos! También podemos colocar una mesita baja para que dibuje y pinte y colocar en las paredes sus pequeñas obras de arte, ¡seguro que les llena de orgullo verlas ahí!

El jardín
Es el espacio perfecto para aprender disfrutando de la naturaleza: flores, árboles, animales… ahí, incluso podemos empezar a practicar deportes poco a poco ¡y enseñarles valores importantísimos como el trabajo en equipo!
Espero que este artículo te haya resultado interesante y que te dé inspiración si de verdad quieres optar por esta corriente que tiene tanto para enseñarnos. Desde Me Inmobiliaria te asesoraré en todo aquello que necesites. ¡No lo dudes más y contacta conmigo sin compromiso!
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