Es una de las mansiones más famosas del sur de Estados Unidos y de la historia del cine. Fue la inspiración para crear la casa de la familia Wilkes en la oscarizada ‘Lo que el viento se llevó’ y ahora pasará a ser propiedad del mejor postor. El rodaje tuvo lugar en Los Ángeles, pero aún así la fama perdura hasta el día de hoy.
Twelve Oaks, como se nombró la mansión en la película y acabó dando nombre a la casa real, ha salido a la venta en un proceso de subasta que acepta pujas hasta el 25 de julio. Durante tres semanas se pueden presentar ofertas online y el último día habrá además una sesión presencial en la propia mansión. Hasta entonces será un misterio quién se la quedará y por qué cantidad. De momento solo se sabe que la tarifa para participar en la subasta es de 10.000 dólares y la puja mínima es de un millón de dólares.
Una mansión de película
La mansión se encuentra en Covington, en el estado de Georgia (esta es la dirección exacta) y fue la propia Margaret Mitchell, la autora de la novela en la que se basó la película, quien la sugirió para dar vida a Twelve Oaks. Había sido construida en 1836 por el dueño de una gran plantación y cambió de manos varias veces antes de saltar a la gran pantalla.
Desde entonces se convirtió en una atracción turística, una de las más destacadas del conjunto de casas anteriores a la guerra de secesión de la zona de Covington. Y, además, se podía dormir en ella. Twelve Oaks ha sido un hotel durante años y también ha albergado bodas y todo tipo de eventos. Es probable que ese vuelva a ser su uso una vez consiga nuevo propietario.
Historia renovada
El aspecto de la mansión se mantiene fiel a su historia, tanto en su estructura y mobiliario como por la decoración: camas con dosel, chimeneas, grandes lámparas de lágrimas, bañeras con patas, pesados cortinajes, baúles y tapicerías parecen trasladarnos a otra época y no sorprendería encontrarse a Scarlett O’Hara en alguna de sus habitaciones. De hecho, en la casa hay varias reproducciones de sus vestidos, para ayudar a la ambientación.
Pero esa imagen histórica no significa en absoluto que a Twelve Oaks le faltan comodidades. La casa fue renovada en 2017, con una inversión de dos millones de dólares, para adaptarla a las necesidades actuales.
Una gran mansión
La casa tiene casi mil metros cuadrados, con un total de 12 dormitorios y el mismo número de baños, todos con características de lujo. Hay además un gran salón, diversas salas de estar y una cocina idónea para cualquier chef. La parcela supera los 12.000 metros cuadrados e incluye jardines, piscina, una glorieta, pérgola cenador y un edificio anexo que se utiliza como garaje con capacidad para cuatro vehículos.
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